un invernadero está iluminado en la nieve con árboles delante de él.
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James Taylor blog writer
James Taylor

21 curiosidades sobre Islandia que probablemente no sepas

Islandia es un país lleno de paisajes alucinantes y una cultura súper particular. A pesar de que estemos en 2025, sigue llamando la atención porque mezcla tradiciones muy antiguas con ideas frescas. Aquí tienes 18 curiosidades que hacen que Islandia sea tan especial, tocando temas de su tierra, su historia, su gente y su forma de vivir.

1. El Althingi: El parlamento más antiguo de Europa

En el año 930 d.C., la gente de Islandia creó el Althingi en Thingvellir, considerado el parlamento más antiguo de Europa. Allí se reunían una vez al año para legislar y resolver líos entre jefes locales, todo al aire libre y al lado de una de las fallas tectónicas que hemos mencionado antes. A pesar de que los daneses prohibieron el Althingi a principios de 1800, en 1845 se trasladó a Reykjavik, y hoy sigue funcionando como parlamento del país, aunque ya no se reúne en Thingvellir, sino en Reikiavik, en el edificio del Alþingi de la plaza Austurvöllur.

Thingvellir, hoy declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, reúne naturaleza e historia política en un mismo lugar, y es uno de los lugares más visitados del país.

hay una casa en medio de un campo junto a un río en þingvellir en Islandia.

2. Placas tectónicas a la vista: una maravilla geológica

Islandia está justo encima de la Dorsal Mesoatlántica, que separa las placas tectónicas de Norteamérica y Eurasia. Lo flipante es que esta “grieta” se va abriendo unos 2,5 centímetros cada año y, a diferencia de la mayoría de dorsales oceánicas, aquí puedes verla fuera del agua. En el Parque Nacional de Thingvellir está la Garganta de Almannagjá, un cañón muy impresionante con acantilados altísimos a ambos lados. Allí puedes pasear entre continentes: a un lado está la placa de Norteamérica, que se levanta como una pared de roca, y al otro la placa de Eurasia, cubierta de musgo y alejándose poco a poco.

Otro sitio curioso es el Puente Entre Continentes en la península de Reykjanes, que mide unos 15 metros y atraviesa una grieta enorme. Cruzándolo puedes poner un pie en América y el otro en Europa. Lugares como Almannagjá y este puente convierten Islandia en una especie de “aula al aire libre” para entender cómo se mueve la Tierra. Además, hay más de 130 volcanes por todo el país, y más de 30 están activos.

un coche está aparcado al lado de un acantilado rocoso .

3. El viaje de Leif Erikson a Norteamérica

Mucho antes que Cristóbal Colón, fue el islandés Leif Erikson quien pisó Norteamérica por primera vez. Hacia el año 1000 d.C., zarpó desde Groenlandia y llegó a Vinland (lo que hoy se cree que es Terranova, en Canadá). Las sagas nórdicas y algunos hallazgos arqueológicos, como el yacimiento de L’Anse aux Meadows, confirman que estos vikingos llegaron primero.

Este hecho recuerda la herencia de exploración que tienen los islandeses, que mantienen ese espíritu aventurero pese a ser pocos habitantes.

un antiguo barco vikingo de madera está varado en la orilla de un lago .

4. Un idioma de asombrosa pureza

El islandés pertenece a las lenguas germánicas del norte, al igual que el noruego, sueco y danés, todas procedentes del nórdico antiguo. Mientras esas lenguas han ido incorporando palabras de otros idiomas, el islandés se ha mantenido casi como era en la época vikinga, gracias al aislamiento geográfico de la isla. El Comité de la Lengua Islandesa se encarga de crear palabras nuevas (por ejemplo, “tölva” para “ordenador”, a partir de “tala” —número— y “völva” —pitonisa—), y así conservan su esencia. Con una alfabetización del 99%, los islandeses pueden leer las sagas del siglo XIII en su idioma original, algo que otros países escandinavos ya no pueden hacer.

Esta conexión con el pasado vikingo es muy importante para su identidad: se sienten únicos, aunque con lazos con el resto de los países nórdicos. Su idioma es una muestra clara del esfuerzo que hacen para seguir teniendo una seña de identidad propia en un mundo cada vez más global.

un cartel de bienvenida con banderas está colgado en una pared .

5. Elfos y “gente oculta”: Una creencia que se desvanece

La tradición islandesa habla de los Huldufólk o “gente oculta”. Hace no tanto, entre un 30% y un 40% de los islandeses no se atrevía a negar su existencia. Según la leyenda, estos elfos viven en campos de lava y hasta han llegado a frenar planes de construcción: a veces se desvían carreteras para no molestar a los elfos, después de consultar con gente que asegura comunicarse con ellos. Por ejemplo, las formaciones de basalto de Reynisdrangar en la costa sur son, según la historia, trolls convertidos en piedra.

Las generaciones mayores siguen creyendo un poco más en todo esto, pero la gente joven hoy en día suele verlo más como cuentos populares. Aun así, lo disfrutan como parte de la cultura y mantiene viva la magia de sus raíces.

un gnomo con un sombrero rojo está sentado en un montón de musgo.

6. Los 13 Yule Lads de la Navidad

En Islandia no hay un solo Papá Noel, sino 13 Yule Lads. Son como trolls traviesos que bajan de la montaña en los 13 días previos a la Navidad, empezando el 12 de diciembre. Cada uno hace una travesura diferente: Pottasleikir, por ejemplo, roba las sobras de las ollas, y Hurðaskellir se dedica a dar portazos. Dependiendo de cómo se porten los niños, dejan regalos o patatas podridas. Su madre, Grýla, y su enorme gato añaden un toque algo siniestro pero divertido. Con el tiempo, estos personajes se han vuelto menos terroríficos que en las historias antiguas que eran realmente aterradoras para los niños.

Basada en leyendas medievales, esta tradición combina la diversión con un pequeño toque de moralidad, y hacce que la Navidad islandesa tenga un toque único que es guay vivir si visitas en dciembre.

un grupo de gnomos posa para una foto mientras juegan al fútbol .

7. Un país sin ejército

Aunque Islandia forme parte de la OTAN, no tiene fuerzas armadas propias y depende de aliados como Estados Unidos, que tuvo bases en Keflavik hasta 2006. Incluso la policía va desarmada: guardan las armas en los coches patrulla y casi nunca las usan. Esto encaja con el estilo de vida tranquilo del país. De hecho, según el Índice de Paz Global, fue el país más seguro del mundo en 2024 por decimosexto año consecutivo. Los 397.000 habitantes viven en una sociedad muy confiada, donde no se ve necesaria la presencia de policías armados.

Un agente de policía islandés con una motocicleta

8. Hákarl: tiburón fermentado como delicatessen

La gastronomía islandesa refleja lo duro que era sobrevivir allí antaño, y el hákarl —tiburón de Groenlandia fermentado— es un buen ejemplo. Se entierra el tiburón durante meses para eliminar su toxicidad y luego se cuelga a secar. Huele muy fuerte, casi a producto de limpieza, y suele comerse con un chupito de brennivín, un licor típico. Es todo un reto para quien lo prueba, local o turista. Aunque surgió por necesidad, cuando había pocos alimentos, hoy es un plato tradicional que conecta a los islandeses con su historia marinera.

un primer plano de un montón de carne colgando de un árbol .

9. Vida geotérmica

Islandia usa el calor de la tierra, gracias a su abundante actividad volcánica, para calentar las casas e incluso derretir la nieve de las calles de Reikiavik. Esta energía inagotable también se aprovecha en invernaderos para cultivar plátanos, tomates o pepinos, aunque estemos a latitudes muy frías. Además, el país obtiene electricidad de ríos alimentados por glaciares, como el Þjórsá, que mueve turbinas en centrales como Búrfell. Más o menos, el 85% de la energía de Islandia es geotérmica y el 15% hidroeléctrica, así que apenas usan petróleo o carbón.

Con 397.000 habitantes, se han propuesto grandes objetivos: lograr que Reikiavik sea neutra en emisiones para 2040 y abandonar por completo el petróleo y el carbón en 2050. Un ejemplo de cómo vivir en armonía con la naturaleza gracias a soluciones ingeniosas.

un hombre camina por un invernadero en la noche .

10. Liderazgo femenino: de pioneras a la cima en 2025

El viaje de Islandia hacia la igualdad de género comenzó con Vigdís Finnbogadóttir, primera mujer elegida presidenta (1980-1996) a nivel mundial, y continuó con Jóhanna Sigurðardóttir, primera primera ministra abiertamente homosexual (2009-2013). En 2025, la mayoría de los cargos clave del país los ocupan mujeres: la primera ministra Kristrún Frostadóttir, la ministra de Asuntos Exteriores Þorgerður Katrín Gunnarsdóttir, la alcaldesa de Reikiavik Heiða Björg Hilmisdóttir, la jefa de policía Sigríður Björk Guðjónsdóttir, la obispa Guðrún Karls Helgudóttir y las líderes de coalición Inga Sæland y Þorgerður Katrín Gunnarsdóttir.

Tras décadas de leyes de igualdad salarial, bajas parentales y un fuerte apoyo social, Islandia se ha convertido en referente mundial de igualdad de género.

una foto en blanco y negro de una mujer con sombrero

11. La cerveza estuvo prohibida en Islandia hasta 1989

Si un sábado por la noche das una vuelta por el centro de Reikiavik, probablemente ni se te ocurra pensar que la cerveza estuvo prohibida en Islandia hasta 1989. O quizá sí, sobre todo al ver lo mucho que la disfrutan los islandeses. Toda esta época de prohibición empezó en 1915, cuando la mayoría votó a favor de vetar la cerveza, el vino y los licores. Más adelante dejaron beber vino y licores otra vez, pero la cerveza siguió prohibida hasta hace relativamente poco.

Para burlar la prohibición de la cerveza, los pescadores que volvían de otros países solían traer latas para su familia y amigos, mientras que otros preparaban su versión “casera” mezclando una cerveza de bajo contenido alcohólico (que sí estaba permitida) con un chupito de Brennivín islandés. Con este invento podían notar el efecto de la cerveza, aunque el sabor poco tenía que ver con las cervezas que conocemos hoy.

Desde que levantaron la prohibición, Islandia se ha puesto al día a pasos agigantados. Ahora hay unas cuantas cervecerías artesanales geniales en Reikiavik y en otras partes del país, además de muy buenas cervezas locales.

un bar con muchos grifos de cerveza.

12. Alrededor de uno de cada diez islandeses publicará un libro

Otro dato curioso de Islandia es lo orgullosos que están de su literatura: solo tienes que echar un vistazo a las Sagas, unas historias escritas que se remontan a la época en la que el país empezó a poblarse. Lo de contar historias lo llevan en la sangre, pero puede que te sorprenda saber que uno de cada diez islandeses llega a publicar un libro en algún momento de su vida.

Esto supone muchísimos libros saliendo de un país tan pequeño, que tiene más o menos la misma población que una ciudad mediana de Estados Unidos. La mayoría se publican justo antes de Navidad, en una tradición conocida como el Jólabókaflóðið, o “la inundación de libros de Navidad”. Esta costumbre empezó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando escaseaba casi cualquier regalo que no fueran libros.

Cuando los islandeses abren sus regalos en Nochebuena, para mucho el plan es quedarse en el salón con el libro recién estrenado y sumergirse en sus páginas para pasar una noche tranquila.

un grupo de personas sostiene libros en alto.

13. Hay reglas muy estrictas con respecto a los caballos islandeses

Otra cosa interesante de Islandia son las normas que rodean a sus caballos. Si viajas en furgoneta por la Ring Road, lo normal es que veas un montón de estos animales: muchos son curiosos, amigables y no les importa posar para una foto. Pero lo que quizá no sepas es que hay unas reglas muy estrictas para importar y exportar caballos islandeses.

Se considera que el caballo islandés es de las razas más puras del mundo, ya que no se permite el cruce con otras. Además, cuando un caballo islandés sale del país, no puede volver, y tampoco se permite la entrada de otras razas. Incluso todo el equipamiento de equitación que traigas debe ser nuevo y estar bien esterilizado.

Estos caballos han estado aquí desde que los vikingos llegaron por primera vez a Islandia y, al igual que las cascadas, los glaciares o las termas, forman parte del alma de este lugar.

dos caballos están parados uno al lado del otro en un campo nevado en Islandia.

14. No hay restaurantes de McDonalds en Islandia

Algo que a mucha gente le hace gracia es que en Islandia no hay McDonalds. ¿Subway? Sí. ¿KFC? También. Pero McDonalds, ni uno desde que ocurrió la crisis financiera de 2008. Antes había uno en el centro de Reikiavik, aunque nunca triunfó demasiado porque existía otro restaurante de hamburguesas de toda la vida, Hambórgarabúllan, que los locales preferían. Cuando llegó la crisis, McDonalds aprovechó para cerrar su única sucursal.

Hoy, las hamburguesas son super populares en Islandia. Hay un montón de sitios donde comer una buena burger, incluida la Hambórgarabúllan original, que sigue al pie del cañón en Reikiavik.

tres hamburguesas están sobre una tabla de cortar de madera para comer en Islandia.

15. Tradición de apellidos patronímicos

En Islandia no se usan apellidos fijos, sino patronímicos: si el padre se llama Jón, su hijo podría ser Pétur Jónsson (“hijo de Jón”) o su hija Anna Jónsdóttir (“hija de Jón”). Un comité vigila que los nombres respeten el idioma islandés, y esta forma de nombrar hace que la historia familiar sea más personalizada.

En cuanto a los nombres propios, existe una lista oficial de nombres aprobados para proteger la lengua y la tradición. Si alguien quiere poner un nombre que no está en la lista, debe pedir permiso al comité de nombres, formado por gente experta en el idioma y en leyes. Cada vez que se anuncian nuevos nombres aprobados, se arma un buen revuelo mediático.

una familia está de pie en una playa tomados de la mano .

16. Todos los islandeses pueden rastrear su linaje hasta la época vikinga

Quizá ya sepas que los islandeses tienen lazos familiares muy estrechos, y que Islandia fue colonizada por los vikingos hacia el año 874. Pero lo que a lo mejor desconocías es que muchos de ellos pueden seguir su árbol genealógico hasta esa misma época. Es un logro impresionante, teniendo en cuenta que en el resto del mundo la historia familiar se vuelve borrosa tras unas cuantas generaciones.

Los islandeses pueden hacerlo gracias al Libro de los Islandeses, un texto medieval creado en el siglo XII por un sacerdote que se pateó las granjas de todo el país para registrar la historia de cada familia. Además, las familias más grandes han recopilado con detalle sus propias genealogías, y la Iglesia apuntaba nacimientos, defunciones y bodas.

Dado que la población de Islandia es muy reducida, resulta bastante fácil encontrar un antepasado común con cualquier otro islandés. Hace unos años se hizo famosa una app que, según decían, permitía a la gente comprobar si aquella persona que les gustaba estaba emparentada con ellos.

una estatua de madera de un hombre con casco está sentada en la hierba frente a una montaña en una aldea vikinga en Islandia.

17. Nada de mosquitos y sólo un mamífero nativo

En Islandia no hay McDonald’s, y otra cosa curiosa es que tampoco hay mosquitos. Solo la Antártida y esta isla pueden presumir de algo así. Los científicos no están seguros al 100% de la razón, pero hay varias teorías: quizá porque no hay agua estancada (y los mosquitos la necesitan para poner huevos), o porque el frío hace que se congele y descongele a un ritmo que mata a las larvas, o que la propia formación geológica de Islandia es hostil para ellos.

Por otro lado, el único mamífero nativo es el zorro ártico, que llegó durante la Edad de Hielo cruzando el mar helado. Hoy los puedes ver rondando por sitios como la Reserva Natural de Hornstrandir. La lejanía de Islandia hace que la variedad de fauna, sobre todo la terrestre, sea limitada, pero los animales que hay son super especiales.

tres crías de zorro ártico están de pie y tumbadas en la hierba.

18. El país menos densamente poblado de Europa

Con unos 397.000 habitantes en 103.000 km², Islandia es el país de Europa con menor densidad de población: alrededor de 3,8 personas por km². Dos tercios de la gente vive en Reikiavik y la zona metropolitana, mientras que en el resto del país lo que hay son casi todos pueblos y ciudades muy pequeñas en los que hay desde unos pocos habitantes (como la isla de Flatey) hasta unos 20.000 (Akureyri).

En las Tierras Altas del interior, que ocupan cerca del 40% del país, casi no vive nadie porque el clima es durísimo la mayor parte del año.

una iglesia blanca con un campanario verde está situada junto a un cuerpo de agua en Reikiavik, Islandia.

19. Museos macabros

Islandia tiene museos realmente peculiares. En Reikiavik está el Museo Falológico Islandés, que exhibe más de 280 penes de distintos animales (incluyendo ballenas y humanos), y siempre despierta mucha curiosidad. En Holmavik, el Museo de Brujería y Hechicería de más mal rollo. Tiene cosas como los “necropants”, pantalones hechos con piel humana según relatos del siglo XVII, que supuestamente daban riqueza a quien los llevaba.

Estos son algunos ejemplos, pero no son los únicos museos curiosos que tiene el país, lo que demuestra que también es una sociedad en la que gusta el humor y las cosas un poco locas.

una fila de frascos llenos de diferentes tipos de animales sobre una mesa .

20. La prohibición de perros en Reikiavik

Desde 1924 hasta 1984, en Reikiavik estuvo prohibido tener perros para evitar la propagación de la equinococosis (una enfermedad causada por tenias). Aunque no siempre se aplicó estrictamente, aquello hizo que hubiera muy pocos perros en la ciudad durante décadas. Ahora están permitidos, pero este episodio curioso muestra la facilidad de Islandia para adoptar medidas drásticas si creen que son beneficiosas para todos.

Lo que sigue siendo curioso para el resto del mundo, aunque aquí se ve super normal, es que si vives en un piso, tienes que preguntarle a tus vecinos si les parece bien que tengas un perro.

un perro blanco está echado en la hierba en un campo con montañas al fondo .

21. Gigantes glaciares

En Islandia hay más de 250 glaciares con nombre, cubriendo el 11% del país con espectaculares masas de hielo. Vatnajökull, con 8.100 km², es el más grande de Europa (¡tres veces Luxemburgo!), pero también hay otros enormes como Langjökull y Hofsjökull. Bajo esos glaciares se esconden volcanes activos como Grimsvotn, responsables de grandes riadas (como la de 1996) y erupciones como la de Eyjafjallajökull en 2010, que dejó en tierra muchos vuelos en todo el mundo.

Desde 2000, los glaciares han perdido unos 750 km² (más que Singapur) por cambios en el clima y por el calor geotérmico. Además de su belleza, son cruciales para los ecosistemas y el suministro de agua.

un barco está flotando sobre un lago congelado con montañas de fondo .

Conclusión

En 2025, Islandia sigue juntando lo mejor de su historia con los cambios del presente. Su entorno salvaje y las placas tectónicas enseñan cómo funciona la Tierra, mientras que su pasado narra aventuras y la resistencia de su gente. Desde glaciares gigantes hasta leyendas curiosas, todo conecta la historia antigua con la vida moderna, demostrando que una isla pequeñita puede tener una gran historia que contar.